Avalos-Zarza el al. Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico
Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico, 19 (19), enero /diciembre de 2025 ISSN: 2078-5577 e-ISSN: 2078-7928 4/10
que tiene la mayoría de trabajar y estudiar al mismo
tiempo (Latitud, 2023).
Es decir que, si bien el área de Desarrollo Personal
remite a un paradigma educativo actual, orientado a
propiciar la formación de personas que sepan
desenvolverse y enfrentar con éxito las situaciones
cotidianas, asumiendo un rol que va más allá de lo
netamente intelectual, incorpora nuevas dimensiones,
propone abordar el área de Desarrollo Personal y
Social como taller y, como tal, combinar diferentes
estrategias de aprendizaje, con dinámicas que
propicien espacios de participación de manera que los
estudiantes generen habilidades para reflexionar sobre
los aspectos que inciden en su formación personal.
Además, desarrollar actividades individuales que
permitan el diseño de un plan de vida personalizado,
acorde a sus necesidades y expectativas. En este
proceso, se debe insistir en la importancia de tener
metas ambiciosas, pero posibles de ser alcanzadas
(MEC, 2021).
Los componentes académicos del perfil de ingreso a la
universidad deberían estar en concordancia con el
perfil de desarrollo vocacional del estudiante, con el
fin de favorecer un mayor éxito académico. Sin
embargo, en esta etapa, la ausencia de orientación
adecuada o el desconocimiento de dichos factores
conduce a que muchos estudiantes elijan una carrera
universitaria sin considerar aspectos determinantes
para su futuro formativo y profesional (Dillón-Pérez
et al., 2023). Por eso se subraya la importancia de que
este proceso esté estructuralmente incorporado en la
vida institucional de las escuelas, no sólo para orientar
las decisiones académicas y laborales, sino también
para facilitar la permanencia, el éxito académico y la
inclusión educativa (Allueva Torres, 2022). La
efectividad de los servicios de orientación está más
relacionada con la relevancia de sus contenidos, la
adecuación temporal de sus acciones, la
personalización de las intervenciones y su vinculación
con las dinámicas del mercado laboral (Colque et al.,
2022).
En este sentido, los programas de orientación deben
ajustarse a las realidades del alumnado y fomentar
espacios para la reflexión crítica, el diálogo y una
autonomía progresiva en el desarrollo de su proyecto
académico y profesional (Magallón-Olivardía, 2025).
Desde este contexto, Gavilán (2017) señala que las
teorías evolutivas de la elección vocacional no son
estáticas sino dinámicas, de carácter procesual y
abarcan diferentes etapas del desarrollo del sujeto.
La Encuesta Permanente de Hogares del Instituto
Nacional de Estadística (2021) refiere que el 27%
(1.931.378) de la población paraguaya son jóvenes de
entre 15 y 29 años. De ese total de casi dos millones,
el 47,6% solo trabaja, es decir, cerca de la mitad no
cursa ningún tipo de estudio. Gran parte de esta
población se dedica a empleos no calificados.
Además, existe un 21% que solo estudia; solo el
18,2% tiene la oportunidad de estudiar y trabajar,
mientras que el 13,2% son los llamados “Niní”,
jóvenes que no estudian ni trabajan. Del 39,2% que
combina estudio y trabajo, solo una minoría logra
culminar la universidad. En el caso de Encarnación, la
cantidad de población de 15 a 29 años es de,
aproximadamente, 37.940 personas (ISM-UNFPA,
2023). De esta población, las personas en la franja de
edad 15 a 19 años están acudiendo en su mayoría a un
centro educativo (85,6%), mientras que en las franjas
de edad de 20 a 24 años y de 25 a 29 años, en su
mayoría no acuden a un centro educativo (58,8% y
82,3% respectivamente), lo que arroja que un total del
50,2% de la población adolescente y juvenil sí está
asistiendo a un centro educativo, aunque hay una
brecha entre los 15-19 años y los 20-24 años,
reduciéndose a la mitad la cantidad de asistentes a un
centro educativo (ISM-UNFPA, 2023). En esa línea,
existen carreras universitarias en Encarnación que
presentan un descenso de matrícula del 50% entre el
primer y el segundo año (Villalba, 2021). Esto podría
tener relación con que las juventudes y adolescencias
están solicitando unos perfiles educativos que