Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico, 19 (19), enero /diciembre de 2025 ISSN: 2078-5577 e-ISSN: 2078-7928 1/10
Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico
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Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico |19| 19 (2025)
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Artículo de Investigación / Research Article
Disponibilidad de Boro en Suelos del Sureste de la Región Oriental del Paraguay.
Boron Availability in Soils of the Southeast of the Eastern Region of Paraguay.
Jimmy Walter Rasche-Alvarez
1
https://orcid.org/0000-0002-2517-6868
1
Universidad Nacional de Asunción. Facultad de Ciencias Agraria. San
Lorenzo, Central, Paraguay.
jwrasche@agr.una.py
Mirelly Paola Rolón-Galeano
1
https://orcid.org/0000-0002-9380-3624
paorolon2@gmail.com
Diego Augusto Fatecha-Fois
1
https://orcid.org/0000-0002-0672-745X
dfatecha@agr.una.py
Camila Erna Aurora Ortiz-Grabski
1
https://orcid.org/0000-0001-8903-9064
camilaeaog@gmail.com
Carlos Andrés Leguizamón-Rojas
1
https://orcid.org/0000-0003-1326-1309
carlos.leguizamon@agr.una.py
Gustavo Adolfo Rolón-Paredes
1
https://orcid.org/0000-0002-4156-6567
gustavorolon@agr.una.py
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INFORMACION SOBRE ARTICULO
RESUMEN
Palabras Clave:
Micronutriente
Niveles
Oligoelemento
Cultivo
El boro (B) es un micronutriente esencial para el crecimiento y desarrollo de las plantas. En Paraguay
existen pocos estudios relacionados a este nutriente en el suelo, por lo que resulta importante conocer
su disponibilidad y distribución. Con el objetivo de evaluar y clasificar la disponibilidad de B en
suelos de los departamentos de Alto Paraná, Caaguazú, Canindeyú e Itapúa a nivel de distrito fue
generada una base de datos con los resultados de análisis de suelo de los laboratorios de la FCA-UNA
y FUCAI-UCA. Se clasifila concentración de B disponible de los suelos en nivel alto (>0,6 mg
kg-1); medio (0,6 - 0,2 mg kg-1) y bajo (<0,2 mg kg-1), generándose un mapa de disponibilidad de
B a nivel distrital. Considerando la media de los niveles de B a nivel de distrito, de los 87 distritos
que conforman los cuatro departamentos, en el 83% (72 distritos) presentaron nivel medio, 7% nivel
bajo (6 distritos) y 10 distritos no poseen datos. De las 7.890 muestras, el 7% presentaron nivel alto
de B, el 74% presentaron nivel medio de B, y el 19% presentaron nivel bajo de B. La media general
considerando las 7.890 muestras de suelo fue de 0,30 mg kg-1 de B, por lo tanto, en 93% de los suelos
analizados presentan niveles de B inferiores al nivel crítico (0,60 mg kg-1), para las actividades
agrícolas, de forrajes y forestales de producción.
ABSTRACT
Keywords:
Micronutrient
Level
Trace elements
Crop
Historial del Articulo
Fecha de Recepción:02/01/2025
Fecha de Aprobación:10/06/2025
Fecha de Publicación: 02/07/2025
Área del conocimiento: Ciencias Agrícolas.
Boron (B) is an essential micronutrient for plant growth and development. Few studies have been
conducted in Paraguay on this nutrient in soils, so understanding its availability and distribution is
important. To evaluate and classify B availability in soils in the departments of Alto Paraná,
Caaguazú, Canindeyú, and Itapúa at the district level, a database was created with the results of soil
analyses from the FCA-UNA and FUCAI-UCA laboratories. Available B concentrations in soils were
classified as high (>0.6 mg kg-1); medium (0.6-0.2 mg kg-1), and low (<0.2 mg kg-1), generating a
B availability map at the district level. Considering the average B levels at the district level, of the 87
districts that make up the four departments, 83% (72 districts) had a medium level, 7% (6 districts)
had a low level, and 10 districts had no data. Of the 7,890 samples, 7% had a high level of B, 74%
had a medium level of B, and 19% had a low level of B. The overall average considering the 7,890
soil samples was 0.30 mg kg-1 of B; therefore, 93% of the soils analyzed had B levels below the
critical level (0.60 mg kg-1) for agricultural, fodder, and forestry production activities.
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Autor de correspondencia
Email: jwrasche@agr.una.py (Jimmy Walter Rasche Alvarez)
https://doi.org/10.70833/rseisa19item658
Conflictos de Interés: Los autores declaran no tener conflicto de interés de ningún tipo.
Este es un artículo de acceso abierto bajo una licencia Creative Commons CC-BY. Licencia https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Citación recomendada: Rasche-Alvarez, J. W., Rolón-Galeano, M. P., Fatecha-Fois, D. A., Ortiz-Grabski, C. E. A., Leguizamón-Rojas, C. A., Rolón-Paredes, G. A.,
(2025). Disponibilidad De Boro En Suelos Del Sureste De La Región Oriental Del Paraguay. Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico
(Encarnación), 19(19): e2025007
Rasche-Álvarez, J. W. et al. Revista sobre estudios e investigaciones del saber académico
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Introducción
El B, al igual que los demás micronutrientes, aunque
es absorbido en pequeñas cantidades por las plantas,
es indispensable para las mismas y es así que su
deficiencia, nivel óptimo o su exceso, se encuentran
determinados por un margen muy estrecho (Álvarez y
Rimski-Korsakov 2015, Arunkumar et al. 2018). En la
litósfera el contenido de B es muy variable, y se
encuentra en cantidades que oscilan de 2 a 200 mg kg-
1 (Navarro y Navarro 2013, Padbhushan y Kumar
2017).
Tanto el sistema de manejo como la intensidad de uso
de los suelos y la cantidad de micronutrientes
extraídos por los cultivos, generan una variación en la
disponibilidad y distribución de B (Casanova y Lobo
2007). Miretti et al. (2012) observaron que el
contenido de B en el suelo fue variable para distintos
usos, sobre todo en sistemas de agricultura y ganadería
intensivos, por lo que recomiendan que su
concentración en el suelo sea monitoreada
rutinariamente.
El B es considerado un elemento móvil en el suelo y
disminuye su disponibilidad a medida que aumenta el
pH del suelo, principalmente a pH superior a 6,5. En
suelos ácidos e interperizados, con pH inferior a 5,5,
el B puede quedar retenido en la fracción orgánica del
suelo o ser adsorbido por los minerales,
principalmente en las superficies de los sesquióxidos
de hierro y aluminio (Soares et al. 2008, Raij 2011,
Arumkumar et al. 2018, Rios 2020). En suelos áridos
con material de origen rico en B los niveles de dicho
nutriente pueden llegar a niveles tóxicos para las
plantas (Álvarez y Rimski-Korsakov 2015).
El B es absorbido por las plantas por vía radicular o
foliar, principalmente como ácido bórico (H3BO3)
(Navarro y Navarro 2013). Es un nutriente poco móvil
en la planta y posee un rol importante dentro de la
fisiología vegetal, ya que forman parte de procesos de
la división y elongación celular, fijación de nitrógeno
y asimilación de nitrato, disminución del estrés
oxidativo y de varios metabolismos secundarios que
actúa en la formación de tubo polínico y de la
fructificación, entre otras funciones (Dechen y
Nachtigall 2007, Camacho-Cristobal et al. 2008,
Barbieri et al. 2015, López et al. 2019). La falta de B
causa aborto de flores y acortamiento de entrenudos,
clorosis, encrespamiento de la hoja, desórdenes de
crecimiento y muerte del meristema apical con
surgimiento de múltiples meristemas axilares o brotes
excesivos de meristemas (Jones 1991, Moreno 2007,
Camacho-Cristobal et al. 2008, Toledo 2016). El
contenido de B en la planta puede variar de 7 a 150 mg
kg-1 de materia seca (MS) (Souza et al. 2007, Torres
et al. 2018). Los cultivos como el girasol, el algodón
o las leguminosas como la soja y la alfalfa requieren
de concentraciones de B en el tejido vegetal de entre
20-55 mg kg-1 de MS, es decir, superior a las
monocotiledóneas, como el maíz o el trigo que
requieren de 5 a 25 mg kg-1 (Montoya et al. 2003,
Torri et al. 2005, Rosolem 2007, Rosolem et al. 2008).
Actualmente aunque existan algunos experimentos en
el Paraguay relacionados a la respuesta de cultivos a
la aplicación de B, tanto en macetas en ambientes
controlados (González et al. 2019, Aguilar 2020, Roa
2020, Rodríguez 2021, Pereira 2021, Romero 2022), a
campo en cultivos extensivos (Raimundi et al. 2013,
Aguayo et al. 2015, González et al. 2017, López et al.
2019) y a campo en cultivos intensivos (Armadans et
al. 2020, Armadans et al. 2022a, Armadans et al.
2022b), aún resulta insuficiente o escasa la
información generada sobre los niveles de B en el
suelo en el país, así como la respuesta de los cultivos
a su aplicación.
El objetivo de esta investigación fue en evaluar y
clasificar la disponibilidad de B en suelos a nivel de
distrito en los departamentos de Alto Paraná,
Caaguazú, Canindeyú e Itapúa.
Materiales y Métodos
El área de estudio abarca los departamentos de Alto
Paraná con 14.895 km², Caaguazú con 11.474 km²,
Canindeyú con 14.667 km² e Itapúa con 16.525 km²,
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situados en el sur-este de la región Oriental del
Paraguay, con una superficie total de 57.561 km2, lo
que constituye el 14,15% de la superficie total del país.
El material de origen de los suelos del área del
experimento es mayormente de origen ígneo,
correspondiente a la formación Alto Paraná ocupando
el 45,3 % de la superficie total (Tabla 1), cuyas rocas
son duras, con antigüedad de 141 millones de años
(m.a.) y se encuentra en los cuatro departamentos,
ubicados principalmente al este del área de estudio
bordeando el rio Paraná. El área restante de la
investigación se encuentra principalmente sobre roca
sedimentaria, de tipo arenisca, en el cual resalta la
formación Misiones (35,6 % del área de estudio),
perteneciente al periodo triásico, con 195 m.a, seguido
de la formación Tacuary (8,0 %) que no se encuentra
en el Alto Paraná, y que se caracteriza por ser una roca
más gruesa del tipo arenisca y margas, perteneciente
al periodo Pérmico superior 225 m.a, ocupando
grandes superficies principalmente al oeste de
Caaguazú y Canindeyú.
Finalmente en parte de Caaguazú y de Itapúa se
observan un recubrimiento por sedimentos del grupo
cuaternario de 2.0 m.a, formada por sedimentos
aluviales (6,9 %). También se evidencian en menor
escala otras formaciones como las de Coronel Oviedo
perteneciente al periodo carbonífero 325 m.a, Cariy
430 m.a, Vargas Peña 410 m.a y Eusebio Ayala 395
m.a donde las rocas son del tipo arenisca, arcillita y
lutita, respectivamente, y la formación Sapucai 140
m.a con una roca del tipo alcalino (Proyecto PAR
83/005. 1986, González et al., 1998).
Tabla 1.
Distribución de la superficie de las formaciones geológicas
a nivel de departamento y el total del área en estudio.
Formación
Alto
Paraná
Caaguazu
Canindeyu
TOTAL
…………………………… Superficie km
2
(%)
……………………………….
Alto Paraná
10.417,2
(69,9
1
)
2,1 (0,02)
6050,8
(41,3)
26.066
(45,3)
Misiones
4.035,
9
(27,1)
7.667,1
(66,8)
5525,9
(37,7)
20.468
(35,6)
Acaray
441,8
(3,0)
108,3
(9,4)
506,4 (3,5)
1.057 (1,8)
Tacuari
--------
1.905,5
(16,6)
2.584,0
(17,6)
4.590 (8,0)
Cuaternario
--------
1.082,8
(9,4)
--------
3.975 (6,9)
Cnel Oviedo
--------
714,2
(6,2)
--------
1.293 (2,2)
Otros
--------
102,3
(0,9)
--------
102 (0,2)
Fuente:Adaptado de Ojeda (2008), Portillo (2008), Martínez
(2008), Rojas (2008). 1 En la columna, el porcentaje que
ocupa cada formación en cada uno de los departamentos en
estudio y la representación porcentual del total del área de
estudio.
Los órdenes de suelo reconocidos en esta región son
en extensión el Ultisol (3.029.731 ha), Alfisol
(1.159.985 ha), Oxisol (927.529 ha), Entisol (405.874
ha) (Tabla 2) (López & Lesme 2024). Los ultisoles y
oxisoles se ubican principalmente sobre material de
origen ígneo y los alfisoles mayoritariamente sobre
material de origen sedimentario.
Tabla 2.
Distribución de las clases taxonómicas de los suelos a nivel
de Orden. Superficie y porcentaje de cada superficie a nivel
de departamento y el total del área en estudio. 2017.
Orden de
Suelo
Alto Paraná
Caaguazú
Canindeyú
Itapúa
TOTAL
………………………… Superficie km
2
(%) …………………………….
Ultisol
6.559,8 (45,5
1
)
4.666,2
(40,7)
7.087,4
(48,3)
11.983,9 (72,5)
30.297,3
(53,3)
Alfisol
3.075,2
(21,3)
4.877,1
(42,5)
3.027,8
(20,6)
619,7 (3,8)
11.599,8
(20,4)
Oxisol
3.415,5
(23,3)
1.458,5
(12,7)
3.366,9
(23,0)
1.034,5 (6,3)
9.275,3 (16,3)
Entisol
478,7 (3,3)
136,6 (1,2)
855,7 (5,8)
2.587,8 (15,7)
4.058,7 (7,1)
Tierras
M
887,2 (6,2)
335,5 (2,9)
212,3 (1,4)
34,7 (0,2)
1.469,8 (2,6)
Inseptisol
---------
--------
---------
264,4 (1,6)
264,4 (0,5)
Mollisol
---------
--------
116,9 (0,8)
---------
116,9 (0,2)
Fuente: Adaptado de Ojeda (2008), Portillo (2008),
Martínez (2008), Rojas (2008). 1 En la columna,
corresponde al porcentaje que ocupa cada Orden de suelo en
cada uno de los departamentos en estudio y la representación
porcentual del total del área de estudio
La base de datos fue generada a partir de la recolección
de resultados de análisis de suelos comprendidos entre
los años 2006 y 2017. Fueron registrados 7.890
resultados de análisis de suelo para B, de los cuales
1.156 son de Alto Paraná, 1.035 de Caaguazú, 1.292
de Canindeyú y 4.407 de Itapúa. Los resultados de los
análisis de suelo provinieron de los archivos de la base
de datos de los laboratorios de la Fundación
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Universitaria Ciencias Agrarias Itapúa (FUCAI)
situada en el distrito de Hohenau, departamento Itapúa
y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la
Universidad Nacional de Asunción (FCA-UNA)
ubicada en el distrito de San Lorenzo, departamento
Central. Estos laboratorios realizan extracción de B
disponible por el método de agua caliente (Tedesco et
al. 1995).
Fue clasificado el contenido de B disponible de los
suelos en nivel alto (>0,6 mg kg-1); medio (0,6 - 0,2
mg kg-1) y bajo (<0,2 mg kg-1), respectivamente,
establecidos por Raij (2011).
Para la elaboración del mapa de B en los cuatro
departamentos en estudio la región Oriental fue
utilizada como unidad cartográfica el mapa con la
división política a nivel distrital, provista por la
Dirección General de Encuestas Estadísticas y Censos
de la Secretaria Técnica de Planificación (DGEEC-
STP, 2018).
Fue empleado el SIG del Área de Suelos y
Ordenamiento Territorial de la FCA-UNA, con la
utilización del software QGIS versión 3.10.12-A
Coruña, en el cual fueron introducidos los resultados
de la clasificación de los niveles de B con la
generación de los mapas correspondientes. Los datos
fueron sometidos a análisis estadístico descriptivo con
la ayuda del programa Agrostat.
Resultados
De los 87 distritos que componen los cuatro
departamentos analizados, ningún distrito presentó
nivel alto de B, 72 municipios (83%) del total fueron
clasificados con nivel medio de B disponible en el
suelo, y 6 distritos (7%) fueron clasificados con nivel
bajo de B, entre ellos al de Juan Manuel Frutos y San
José de los Arroyos (Caaguazú), San Juan del Paraná
(Itapúa) y Dr. Juan León Mallorquín, Hernandarias y
Juan E. O'leary (Alto Paraná) (Figura 1), donde a
excepción de Hernandarias que presenta
predominantemente suelo arcilloso de origen
basáltico, todos los demás distritos que presentaron
nivel “bajo” de B son de origen arenisca.
De los 87 distritos analizados, 10 no fueron
clasificados debido a la falta de datos (11% del total).
Estos distritos corresponden al departamento de Alto
Paraná (Ciudad del Este, Presidente Franco y Santa Fé
del Paraná), Caaguazú (La Pastora y Nueva Londres),
y Canindeyú (Itaraná, Villa Igatimi, Ypejhú e Yvy
Pyta). La ausencia de análisis de suelos en dichos
distritos se debe a que en su mayoría son zonas
urbanas, o a su reciente creación como municipio o a
la escasa o nula actividad agrícola que presentan
(Figura 1).
Figura 1.
Clasificación de niveles de boro disponible en el suelo en
los distritos de los departamentos de Caaguazú, Itapúa, Alto
Paraná y Canindeyú. Periodo 2006- 2017
Analizando los datos a nivel departamental, se puede
observar que, en los departamentos de Caaguazú,
Canindeyú e Itapúa, el valor de la mediana fue inferior
al valor del promedio (Tabla 3), por lo tanto, la
distribución del conjunto de datos es asimétrica,
sesgado a la derecha, es decir, existe una mayor
cantidad de muestras de suelo con valores inferiores al
promedio de concentración de B. Por otro lado, en el
departamento de Alto Paraná la distribución del
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conjunto de datos es simétrica, sin sesgo, es decir que
la cantidad de muestras de suelo con valores de B
disponible en el suelo inferior y superior al promedio
del departamento de Alto Paraná fueron similares.
Tabla 3.
Estadística descriptiva sobre los niveles de boro disponible
en el suelo en los distritos de los departamentos de
Caaguazú, Itapúa, Alto Paraná y Canindeyú Periodo 2006-
2017..
Distrito
muestra
analizadas
B
promedio
mediana
moda
desviación
estandar
Quartil
Inferior
Quartil
superior
Intercuartil
CV
………………..………….mg kg
-1
………………………..….
%
Alto Paraná
1.156
0,40
0,40
0,18
0,19
0,23
0,54
0,31
46,3
Caaguazú
1.035
0,31
0,26
0,23
0,17
0,19
0,42
0,23
53,4
Canindeyu
1.292
0,45
0,44
0,43
0,18
0,31
0,56
0,25
41,4
Itapúa
4.407
0,25
0,23
0,20
0,13
0,20
0,26
0,06
53,3
Total
7.890
0,31
0,25
0,20
0,17
0,20
0,39
0,19
55,6
Se observa también que, en todos los departamentos,
con excepción de Caaguazú, el valor del quartil
inferior es igual o superior a 0,2 mg kg-1 de B (Tabla
3), el cual corresponde al límite entre los niveles bajo
y medio de B en el suelo. Esto indica que la mayoría
de las muestras (75%) superaron este umbral,
clasificándose cómo nivel medio de B en el suelo. A
diferencia de los otros departamentos, los suelos del
departamento de Caaguazú se originan en su mayoría
a partir de rocas sedimentarias y presentan una textura
arenosa. Aunque el material original (la arenisca)
puede contener más B que el basalto, una vez formado
el suelo, la lixiviación de este elemento es más intensa
en suelos arenosos debido a su alta movilidad.
Además, el B se retiene principalmente en la materia
orgánica y en los óxidos minerales presentes en la
fracción arcillosa, componentes menos abundantes en
estos suelos. En cambio, en los departamentos de Alto
Paraná, Canindee Itapúa, los suelos provienen en
su mayoría de materiales de origen basáltico que son
más arcillosos y con mayor contenido de materia
orgánica, por lo tal tiende a presentar mayor
disponibilidad de B en el suelo.
Al analizar el desvío estándar y el coeficiente de
variación (CV), se observa alta dispersión en los
resultados de análisis de suelo, con valores superiores
al 40%. Sin embargo, dicha variabilidad puede
considerarse aceptable, debido a que el suelo según su
naturaleza es un componente heterogéneo, y además
está influenciado por factores antrópicos, como su uso,
manejo, la aplicación de fertilizantes químicos y
enmiendas orgánicas. Estas prácticas pueden
ocasionar alta heterogeneidad en los niveles de B en el
suelo, comparado con la variación natural atribuida al
material de origen o al proceso de formación del suelo
que generalmente suele ser menor (Miretti et al. 2012).
En ese contexto, Ríos (2020) observó, en el distrito de
Coronel Oviedo, que la concentración de B varía
según el uso del suelo: en sistemas de siembra directa
se registró un promedio de 0,15 mg dm-3, mientras
que en áreas de bosque fue de 0,35 mg dm-3. Así
mismo, se constató un valor mínimo de 0,07 mg dm-3
en suelos con pastura y un valor máximo de 0,58 mg
dm-3 en sistemas silvopastoriles. Ambos usos
presentaron coeficientes de variación superiores al
50%. El mismo autor observó mayor concentración de
B en la capa superficial del suelo, con una disminución
hasta los 60 cm de profundidad, seguida de un
aumento hasta los 150 cm. Además, señaló que los
niveles de B mostraron alta correlación con el
contenido de materia orgánica (r = 0,83), el pH (r =
0,71) y el porcentaje de arcilla (r = 0,54), indicando
que el aumento de éstos parámetros incrementa la
disponibilidad de B en el suelo.
En relación a los cuartiles, se destaca que el
departamento de Itapúa, presenta un bajo intercuartil
(0,06 mg kg-1) en comparación con los demás
departamentos, lo que indica una menor variabilidad
en los niveles de B (Tabla 3). Esta menor amplitud
puede atribuirse a los bajos contenidos de B en estos
suelos, o al menor uso de fertilizantes con B en el
cultivo de soja por los agricultores. A diferencia de
otros departamentos que poseen suelos más arenosos
e incorporan con mayor frecuencia la fertilización
boratada en su plan de nutrición de los cultivos.
Del total de 7.890 muestras de suelos analizadas, se
observa que únicamente el 7% (547 muestras)
presentan niveles de B clasificados como alto,
mientras que el 74% (5.873 muestras) se encuentran
en la categoría medio y el 19% (1.470 muestras) en la
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categoría bajo (Tabla 4). En términos generales, esto
indica que el 93% de las muestras de suelos presentan
una probabilidad media a alta de respuesta a la
fertilización con B, principalmente en los cultivos con
alta demanda de este micronutriente como es el caso
de soja, algodón, canola y girasol (Montoya et al.,
2003; Torri et al., 2005). Cabe destacar que en estos
cuatro departamentos se concentra el 74,5% de la
superficie sembrada con soja, el 80 % con canola, el
87 % con girasol y 5% con algodón (DCEA, 2023).
Tabla 4.
Clasificación de los niveles de los niveles de boro disponible
en el suelo en los distritos de los departamentos de
Caaguazú, Itapúa, Alto Paraná y Canindeyú basados en
7.890 resultados de análisis de suelos entre 2006 y 2017.
Distrito
muestra
analizadas
Niveles de B
promedio
alto
medio
bajo
nivel
…………….…....%.....................
mg kg
-1
Alto Paraná
1.156
15
71
14
medio
0,40
Caaguazú
1.035
6
69
25
medio
0,31
Canindeyu
1.292
18
73
9
medio
0,45
Itapúa
4.407
2
77
21
medio
0,25
Total muestras
7.890
547
5.873
1.470
medio
0,31
% de las muestras
100
7
74
19
--
--
Los niveles de B disponible en alto (>0,6 mg kg-1); medio
(0,6 0,2 mg kg-1) y bajo (<0,2 mg kg-1), respectivamente
fueron establecidos por Raij (2011).
Aunque los experimentos con fertilización boratada en
cultivos, realizados en Paraguay son escasos o
limitados, la mayor parte de los mismos han mostrado
respuesta positiva a la fertilización boratada
(Raimundi et al. 2013; Aguayo et al. 2015; Armadans
et al. 2020; Armadans et al. 2022a, Armadans et al.
2022b).
Entre los estudios realizados sobre fertilización con B,
Raimundi et al. (2013), evaluaron tres métodos de
aplicación de B (en el surco, al voleo y en el surco más
al voleo) en el cultivo de soja, aplicando una dosis de
10 kg ha-1 de B. Los autores observaron diferencias
significativas entre los tratamientos, destacándose que
la aplicación en el surco más al voleo generó
rendimientos superiores con respecto a los otros
tratamientos. Del mismo modo, Aguayo et al. (2015)
reportaron incrementos en el rendimiento de soja con
la aplicación foliar de dosis crecientes de B, siendo 9,3
kg ha⁻¹ la dosis con mejor respuesta. Armadans et al.
(2020) registraron un aumento en la producción de
frutilla con la aplicación de hasta 4 ml de B por cada
10 litros de agua vía irrigación. Armadans et al.
(2022a) observaron incremento en la producción de
pimiento con aplicaciones de 30 a 60 ml de B en 10
litros de agua, mientras que Armadans et al. (2022b)
obtuvieron respuesta positiva a la fertilización
boratada en pepino aplicando 1,5 L ha-1 de un
producto con 11% de B.
Por su parte, González et al. (2017), con la aplicación
de 2 kg ha-1 de ácido bórico (17% de B), no
observaron respuesta sobre el rendimiento en el
cultivo de trigo. En un estudio posterior, González et
al. (2019) identificaron síntomas de toxicidad por B
con dosis mayores a 40 kg ha-1 en los cultivos de
trigo, soja y sésamo. De manera similar, Aguilar et al.
(2019), Roa (2020) y Godoy (2021) reportaron que la
aplicación de dosis de B superiores a 10 mg kg-1 B en
el cultivo de soja, sésamo y algodón, respectivamente,
pueden afectar negativamente al cultivo.
Era previsible que la mayoría de las muestras de suelo
analizadas fueran clasificadas dentro del rango de
contenido medio de B, principalmente en los
departamentos de Itapúa y Alto Paraná, considerando
que esos suelos son predominantemente de origen
arcilloso, cuyo material de origen es basalto, derivados
de una roca ígnea. Sin embargo, resulta llamativo que
Itapúa sea el departamento con el menor porcentaje de
muestras clasificadas como alto en contenido de B,
considerando justamente el material de sus suelos.
Dados los niveles de B encontrados y considerando
que los suelos con textura franco a franco arenosa,
característicos del oeste de Canindeyú, Alto Paraná,
Itapúa y casi todo Caaguazú (López & Lesme 2024),
presentan una mayor susceptibilidad a la lixiviación de
B se hace necesario implementar estrategias de
fertilización boratada y manejo del suelo. Estas deben
orientarse a minimizar la pérdida del micronutriente y
a optimizar su disponibilidad para las plantas.
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Conclusiones
Basado en los resultados a partir de la evaluación y
clasificación de la disponibilidad de B de las muestras
de suelo se concluye que en el 93% de las muestras
presentan deficiencia moderada a alta de B, y que en
los cuatro departamentos de mayor producción
agrícola de la región Oriental del Paraguay existe
predominio de suelos con disponibilidad de B
clasificado como “medio”, debiéndose considerar este
nutriente en el momento de la toma de decisión de la
fertilización de los cultivos, principalmente de los más
exigentes como es el caso de algodón, canola, girasol
y soja.
Agradecimientos
Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT), enmarcada en el proyecto 14-INV-130
“Manejo sostenible de la fertilidad del suelo para la
producción de alimentos”. A los laboratorios de la
Fundación Universitaria Ciencias Agrarias de Itapúa
(FUCAI) y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la
Universidad Nacional de Asunción (FCA-UNA) por
ceder los resultados de análisis de suelos.
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