
Alabí-Hernández, F. Desafíos del comercio global de alimentos: ¿cómo potenciar la competitividad y la seguridad
alimentaria?
Vol. 5# Núm. 1# Año 2025# Revista Impacto# ISSN 2789-861X Pág. 33 de 36
calidad y etiquetado de los productos (6). Cuyo cumplimiento no solo abre los mercados; sino
que también inspira la confianza del consumidor (7).
En su conjunto, el comercio internacional de alimentos promueve el desarrollo económico de
los países exportadores, y la satisfacción de los consumidores en los importadores. En el
contexto actual, se constituye en pilar fundamental para enfrentar desafíos globales como el
cambio climático, la volatilidad de los mercados y la inseguridad alimentaria.
Como ejemplo valga el mercado de frutas y hortalizas en la Unión Europea (UE), una región
agroindustrial caracterizada por su producción significativa y dinámica comercial intensa. En
2023, su producción de hortalizas creció cerca de un 2% respecto a 2022 (8), mientras que la
de frutas disminuyó ligeramente debido a factores climáticos (9). Solo las exportaciones
españolas en 2023 alcanzaron un valor de 16,334 millones de euros (10). A pesar de ello, la
Unión Europea (UE) mantiene una balanza comercial negativa en el sector agroindustrial,
importando grandes volúmenes de productos siempre y cuando se cumplan prácticas
sostenibles, y calidad garantizada para garantizar la seguridad alimentaria (11). Precisamente
a ello responden los acuerdos comerciales como el alcanzado con Mercosur: eliminar barreras
arancelarias y facilitar el acceso a los mercados (12).
El mercado de frutas y hortalizas en Estados Unidos es otro escenario notable. Su alta
demanda interna impulsa la producción nacional estimada en 68,7 millones de toneladas de
alimentos; Sin embargo, la transformación tecnológica, la migración del campo a la ciudad, y
el uso de capitales en otros sectores económicos promueven sus importaciones alimentarias
desde una amplia variedad de orígenes (13). Para parametrizar la oportunidad que ello
representa se puede citar que: en 2024, las importaciones de frutas y hortalizas proyectaban
crecimientos anuales por encima del 2% para la próxima década; destacando productos como
aguacates, berries y cítricos originarios de México, Chile y Perú (14).
Latinoamérica es un proveedor clave para el mercado estadounidense. En 2024, la región
acumulaba el 80% del valor total de importaciones de frutas, con México aportando la mitad
de este volumen (15). Las exportaciones españolas de frutas y hortalizas a Estados Unidos
lograron un aumento del 20% respecto al año anterior (15) lo que indica potencial de
crecimiento todavía por resolver.
Viendo hacia el Oriente encontramos el mercado de frutas y hortalizas de Japón,
caracterizado por un mercado altamente diversificado, con una alta demanda de frutas frescas
y orgánicas, incluyendo variedades exóticas como el durián y la guayaba. En 2024, aunque el
volumen de importación de frutas frescas disminuyó un 2.5%, el valor aumentó por el alza en
precios unitarios, reflejando la disposición del mercado nipón a continuar consumiendo la
producción latinoamericana (16). Perú (17) y Chile (18), por ejemplo, han incrementado sus
exportaciones hacia Japón, destacando productos como la uva fresca, palta y cítricos.